Foto: Mario García Joya. Andy Barbosa, Liset Jiménez y Miriam Bermúdez. |
"Gigi y Momo", universo de música, fantasía y color
Mayra Marrero
Especial/El Nuevo Herald
Publicado el miércoles, 06.19.13
Los Nintendo 3DS, los videojuegos, la lectura en el iPad o Kindle son característicos de las nuevas generaciones, que día a día incorporan nuevos códigos de comunicación. Pero más allá de esto, lo que no ha cambiado en el universo infantil a través del tiempo es su capacidad de asombro ante títeres y muñecos que cobran vida, y el paralelismo que trazan entre sus héroes fantásticos y su propia realidad.
De todo ello fui testigo el domingo en Akuara Teatro rodeada de niños en el estreno de Gigi y Momo y el espejo mágico, una obra de Salvador Lemis, quien se basó en el imaginario del escritor alemán Michael Ende para narrarnos la historia de Momo, una niña que vive en un anfiteatro vacío, y de Gigi un cuentacuentos que, en una noche sin luna, comienza una historia llena de metáforas sobre el amor, la amistad, la maldad y el valor. A lo largo de las narraciones de Gigi surgen dos seres fantásticos: el hada mala y el espejo mágico.
Fotos: Ulises Requeiro. Liset Jiménez y Andy Barbosa. |
Lemis, dramaturgo cubano asentado en México, enriquece desde hace décadas la imaginación infantil con sus historias. De esta en particular se apropia el equipo que lidera Miriam Bermúdez, secundada por Micheline Calvet, ambas actrices de larga trayectoria en el teatro, que ahora se arriesgan en la dirección y la asistencia respectivamente.
Fotos: Ulises Requeiro. Miriam Bermúdez y Andy Barbosa. |
Momo balanceándose en una hamaca de flores es la primera imagen que presenta la obra mientras el público llena la platea. Música, frescura, espontaneidad e inventiva son ingredientes de esta pieza que establece una efectiva conexión con el público desde el comienzo, invitándonos a disfrutar.
¡Divertirse es lo primero! recalcan los personajes en la canción introductoria, y sí, nos divertimos. No hace falta utilizar grandes recursos para una representación y esta obra es un ejemplo de ello, de trabajo colectivo, en el que cada uno es artesano y teje con sus hilos la historia de princesas, hadas malas y príncipes. La escenografía de Sandra Rincón es precisa y efectiva sin aparentes pretensiones. Transforma el anfiteatro en una gran pizarra donde se adhieren todas las imágenes como stickers, creadas tambien por Rincón, que van descubriéndose durante la historia. Y sus paredes sirven de retablo donde asoman títeres que apoyan el relato y que los niños agradecen.
La poesía del espacio, las formas y el balance de los movimientos hacen de esta puesta en escena de Bermúdez un divertimento que se agradece e invita a volver sobre el teatro infantil. Los efectos sorpresa con la luz negra que potencia la intensidad de colores es un recurso que el diseñador de luces, el experimentado Mario García Joya, usa con maestría durante la obra, guiándonos entre ficción y realidad.
Las canciones y música de Marina Ortiz, creadas para la obra, son un instrumento narrativo imprescindible, que introduce los personajes, enriquece su psicología y recalca la historia de cada uno de ellos.
Liset Jiménez, con frescura y espontaneidad, nos regala Momo-princesa, dotando a sus personajes con una corporalidad marcada en líneas que dibujan bailarinas clásicas o muñecas de cuerda, estableciendo una comunicación rápida con el público e invitándolo a participar activamente en la historia.
Gigi, el principe y el espejo mágico son tres personajes con los que Andy Barbosa juega, disfruta en escena y contagia al público. La gestualidad, la precisión de sus movimientos, el dinamismo y vitalidad que les confiere, energizan la puesta en escena y arrancan carcajadas con sus gestos evocadores. Bermúdez se transforma en un hada mala y roquera, que introduce la maldad con sabiduría y experiencia.
Akuara Teatro, que cuenta con la dirección general de Ivonne López Arenal, se anota otro punto en su ardua labor por preservar el teatro hispano al incluir en su repertorio un espacio para ninos.
Bermúdez acepta el desafío y con esta puesta en escena intenta atraer al público más joven al teatro con una oferta donde se mezclan música, fantasía, color y formas, en la que los sueños son tan importantes como la palabra. •
‘Gigi y Momo y el espejo mágico’, domingos, 2 p.m. en Akuara Teatro, 4599 SW 75 Ave. (786) 853 1283.
Precio de admisión / general admission: $ 15.00