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Monday, September 16, 2013

"Fango" comentarios




 Fotos: Luis Suárez.


Querida Yvonne, hoy 31 de diciembre es día de resúmenes. Quiero decirte que me siento muy orgulloso del trabajo que hicimos este año y sobretodo el haber contribuido a tus magníficas creaciones de Lala Fundora y muy especialmente, Mar.
No creo en esas listas de lo mejor del año hechas por cualquier aprovechado, tengo mi propia lista y creo que el trabajo de Mar, no es sólo el mejor del año, sino uno que Miami no había visto. Un trabajo lleno de entrega y de amor, resuelto no solo con talento sino con técnica y profesión. ¡Felicidades! Gracias por dejarme ser parte de ello. Lo mejor para el año que viene, mi cariño, respeto y admiración. ¡Nos vemos en FIU!
Un beso
Alberto Sarraín

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Comentario hecho en FB por el escritor Sergio Andricaín

Anoche volví a la sala de Akuara Teatro, en Miami, para ver de nuevo la puesta en escena de Alberto Sarraín de "Fango" ("Mud"), la tragedia de la autora cubana María Inés Fornés. Al salir me preguntaba por qué quise regresar al teatro para repetir esta cruda experiencia estética. Creo que la respuesta está precisamente en el tema de la obra: la humanidad que subyace aún en los personajes más elementales; en los destellos del amor más primitivo que permite a los seres humanos unirse para sobrevivir en un medio hostil, adverso, aplastante; en la férrea voluntad que ha distinguido al hombre a lo largo de siglos, y lo ha transformado en lo que es; en esa facultad que lo ha hecho trascender una existencia elemental para alcanzar una dimensión que justifique su presencia en el universo. Y precisamente todo esto que nos define como seres humanos, que se mantiene encendido como un rescoldo en las criaturas concebidas por Fornés (Mar, Lino y Hernán), ha sido sensiblemente resaltado en la puesta del director Alberto Sarraín. 
Desde que entramos al espacio teatral, vemos el escenario cubierto de tendederas llenas de ropas, inundado por objetos sucios y desechables, compartiendo la triste condición de los personajes que se moverán por él. Una vez instalados en nuestras sillas comenzamos a intuir el drama que se representará ante nosotros, lo que se transforma en cruda certeza luego de la entrada de Mar. 
El trabajo de los tres actores ha crecido desde el estreno hasta función de ayer. Ivonne López Arenal entrega una de sus más logradas actuaciones como Mar: una mujer fuerte y a la vez vulnerable, en lucha constante por alcanzar su dignidad humana, de crecer como persona, pero siempre atada a su entorno brutal y rudimentario. Como Lino, Andy Barbosa ha madurado la interpretación de su complejo personaje, que se mueve entre el retraso mental y una chispa de inteligencia. Cada vez más metido en la piel de la criatura a la que insufla aliento, el joven actor nos conmueve y, a veces, hasta nos hace sonreír. Joelvis Batista, quien da vida a Hernán, asume, con su imponente presencia física, la tarea de dar aliento vital a Hernán, que llega como un rayo de luz a la vida de Mar y Lino, como una chispa luminosa que terminará apagándose en el cieno, junto a ellos.
"Fango" no es una obra divertida ni amena. Nos impone la obligación de reflexionar sobre quiénes somos y sobre quiénes son los millones de individuos que comparten con nosotros (el público), en todo el planeta y en muy diversas situaciones, la misma condición humana. Sarraín con su inteligente y fuerte puesta en escena subraya las intenciones de Fornés y nos entrega una de las mejores propuestas teatrales de este año (y también uno de los mejores trabajos suyos que he visto), para nada condescendiente con los que estamos viendo la obra. Y me parece bien que así sea, el teatro, como el arte en general, debe hacernos pensar en nosotros y en los otros. Una tarea que con mucha frecuencia olvidan los artistas y, por supuesto, mucha de la gente que hace teatro.


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Comentario hecho en FB de Teresa María 

Fango

Ivonne, Andy, Yoelvis:

No es frecuente que uno vaya al teatro y que durante la función, uno se olvide del nombre de sus colegas. Sin embargo, anoche, durante la representación de Fango, de María Irene Fornés, en Akuara, frente a los descarnados personajes que ustedes interpretan con tanta veracidad, sólo vi a Mar, a Lino, y a Hernán. Me dije “de esto se trata el teatro, de mostrar siempre algo vivo, el acontecimiento humano, su imperfección, su esencia.” Pero, eso mismo ya lo han dicho, de las formas más variadas,, los grandes maestros de la escena, así es que yo sólo he querido contarles, en un parrafito, sobre esa intimidad que sentí anoche.

Conmovedor trabajo, todo allí era vida, tanto que no era yo un espectador, si no un testigo. Gracias, Alberto Sarrain.


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Comentario hecho en FB por Antonio Orlando Rodríguez



Querido Alberto:

 No puedo decir que me gustó mucho la obra, porque no es una obra que se ponga en escena para que guste a los espectadores, sino para que los conmueva y los estremezca. Ambas cosas las lograste conmigo y creo que con buena parte del público. Te felicito y, de manera especial, por el trabajo con los actores.

Reservaciones: 786 8531283 / email: akuarateatro1@gmail.com


Comentario hecho en FB por el escritor Sergio Andricaín

Anoche volví a la sala de Akuara Teatro, en Miami, para ver de nuevo la puesta en escena de Alberto Sarraín de "Fango" ("Mud"), la tragedia de la autora cubana María Inés Fornés. Al salir me preguntaba por qué quise regresar al teatro para repetir esta cruda experiencia estética. Creo que la respuesta está precisamente en el tema de la obra: la humanidad que subyace aún en los personajes más elementales; en los destellos del amor más primitivo que permite a los seres humanos unirse para sobrevivir en un medio hostil, adverso, aplastante; en la férrea voluntad que ha distinguido al hombre a lo largo de siglos, y lo ha transformado en lo que es; en esa facultad que lo ha hecho trascender una existencia elemental para alcanzar una dimensión que justifique su presencia en el universo. Y precisamente todo esto que nos define como seres humanos, que se mantiene encendido como un rescoldo en las criaturas concebidas por Fornés (Mar, Lino y Hernán), ha sido sensiblemente resaltado en la puesta del director Alberto Sarraín. 
Desde que entramos al espacio teatral, vemos el escenario cubierto de tendederas llenas de ropas, inundado por objetos sucios y desechables, compartiendo la triste condición de los personajes que se moverán por él. Una vez instalados en nuestras sillas comenzamos a intuir el drama que se representará ante nosotros, lo que se transforma en cruda certeza luego de la entrada de Mar. 
El trabajo de los tres actores ha crecido desde el estreno hasta función de ayer. Ivonne López Arenal entrega una de sus más logradas actuaciones como Mar: una mujer fuerte y a la vez vulnerable, en lucha constante por alcanzar su dignidad humana, de crecer como persona, pero siempre atada a su entorno brutal y rudimentario. Como Lino, Andy Barbosa ha madurado la interpretación de su complejo personaje, que se mueve entre el retraso mental y una chispa de inteligencia. Cada vez más metido en la piel de la criatura a la que insufla aliento, el joven actor nos conmueve y, a veces, hasta nos hace sonreír. Joelvis Batista, quien da vida a Hernán, asume, con su imponente presencia física, la tarea de dar aliento vital a Hernán, que llega como un rayo de luz a la vida de Mar y Lino, como una chispa luminosa que terminará apagándose en el cieno, junto a ellos.
"Fango" no es una obra divertida ni amena. Nos impone la obligación de reflexionar sobre quiénes somos y sobre quiénes son los millones de individuos que comparten con nosotros (el público), en todo el planeta y en muy diversas situaciones, la misma condición humana. Sarraín con su inteligente y fuerte puesta en escena subraya las intenciones de Fornés y nos entrega una de las mejores propuestas teatrales de este año (y también uno de los mejores trabajos suyos que he visto), para nada condescendiente con los que estamos viendo la obra. Y me parece bien que así sea, el teatro, como el arte en general, debe hacernos pensar en nosotros y en los otros. Una tarea que con mucha frecuencia olvidan los artistas y, por supuesto, mucha de la gente que hace teatro.


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Comentario hecho en FB de Teresa María 

Fango

Ivonne, Andy, Yoelvis:

No es frecuente que uno vaya al teatro y que durante la función, uno se olvide del nombre de sus colegas. Sin embargo, anoche, durante la representación de Fango, de María Irene Fornés, en Akuara, frente a los descarnados personajes que ustedes interpretan con tanta veracidad, sólo vi a Mar, a Lino, y a Hernán. Me dije “de esto se trata el teatro, de mostrar siempre algo vivo, el acontecimiento humano, su imperfección, su esencia.” Pero, eso mismo ya lo han dicho, de las formas más variadas,, los grandes maestros de la escena, así es que yo sólo he querido contarles, en un parrafito, sobre esa intimidad que sentí anoche.

Conmovedor trabajo, todo allí era vida, tanto que no era yo un espectador, si no un testigo. Gracias, Alberto Sarrain.


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Comentario hecho en FB por Antonio Orlando Rodríguez



Querido Alberto:

 No puedo decir que me gustó mucho la obra, porque no es una obra que se ponga en escena para que guste a los espectadores, sino para que los conmueva y los estremezca. Ambas cosas las lograste conmigo y creo que con buena parte del público. Te felicito y, de manera especial, por el trabajo con los actores.

Reservaciones: 786 8531283 / email: akuarateatro1@gmail.com

Thursday, September 5, 2013

Fango: enérgica y salvaje



Fango: enérgica y salvaje
Mayra Marrero
Nuevo Herald. Publicado el jueves 05 de septiembre del 2013

En la noche del sábado 31 se estrenó en Miami Fango en Akuara Teatro, una obra de María Irene Fornés escrita a principios de los años 1980. Si bien tiene el antecedente de una puesta en inglés, es la primera vez que se representa en español para el público local. Pieza imprescindible del período “duro” del movimiento off-off Broadway. Treinta años han pasado y sin embargo la obra sobrevive al tiempo.

Las tendederas de ropa ahogan el espacio escénico, y junto a la tabla de planchar, la plancha y las sillas son objetos claves para la humanización de los personajes que usó la dramaturga para crear el universo de Mar, Lino y Hernán. Alberto Sarraín, en su versión y dirección, mantiene y respeta los objetos que fueron, según la propia Fornés en entrevista a Allen Frame en 1984, definitorios para la concepción de los diálogos y sus personajes.

Fango es una trágica historia de amor en un ambiente marginal y rural. Mar es una mujer analfabeta que, cansada de planchar todo el día y de cuidar a su hermano de crianza, Lino, decide aprender a escribir y en esa autosuperación conoce a Hernán, quien cambiará el destino de estos personajes.

La puesta en escena de Sarraín invita a reflexionar sobre un texto duro que alude a una realidad poco conocida y conduce al espectador inescrupulosamente a aprehender sus más primitivos sentimientos, pasiones y necesidades. Sarraín traduce la obra y le inserta cubanía no solo en el texto sino también en el lenguaje corporal de sus actores.

Con Fango se rompen las fronteras nacionales. La humanidad de sus personajes, la crudeza de sus actos, la visión ingenua del sentimiento, las necesidades fisiológicas (eyacular, orinar, desear) se hacen tangibles en la poesía del lenguaje escénico que el director y su equipo proponen.

La interacción y el juego dramático que se logra entre los actores se evidencia en la credibilidad de sus personajes. Yvonne López Arenal enfrenta el desafío de Mar, un personaje complejo, hermoso y ávido de conocimiento que grita “soy un alma hambrienta y vacía, me satisface oír palabras”. López Arenal absorbe a Mar y la lleva de la mano con una corporalidad convincente y detallada en cada gesto.

Andy Barbosa, con obscena ingenuidad, se transforma en Lino y lo matiza con vehemencia. Joelvis Batista recuerda al sureño y al guajiro cubano y se desplaza con naturalidad en las complejidades no solo psicológicas sino también físicas de Hernán.

La relación espacial que crea Sarraín entre sus actores es apoyada con eficacia por el equipo técnico. La escenografía y vestuario de Luis Suárez contribuyen a hacer la obra intemporal, y le sirve de apoyo en su estética opresiva e inquietante. Por su parte, la iluminación de Mario García Joya es un elemento protagónico en la puesta: “ensucia” la escena, la retrata opaca y recrea el escenario y sus actores como una visión cinematográfica. Sarraín apuesta por un teatro difícil y necesario. Se apropia del texto y lo revela con una dinámica enérgica y salvaje, haciendo de los espectadores testigos cómplices. •

mmarrero4@aol.com

© 2013 El Nuevo Herald. All Rights Reserved.
http://www.elnuevoherald.com/

Reservaciones: 786 8531283

Wednesday, September 4, 2013

The dystopian world of ‘Fango’ is disturbing

 

 Foto: Ulises Regueiro

Foto: Luis Suárez

The dystopian world of ‘Fango’ is disturbing

By Mia Leonin

Special to the Miami Herald

When the English-language play Mud by Cuban-American playwright María Irene Fornés debuted in 1983, some critics labeled its heightened sense of reality “super real.” Mud’s relentlessly bleak depiction of rural America’s poor resonated at a time when the U.S. economy was still suffering from the crippling economic depression of the late ’70s. Now almost three decades later, director Alberto Sarraín gives the original play a new but equally gritty coat of dirt with his Spanish-language version, Fango.

Presented by Akuara Teatro, Teatro La Má Teodora and the University of Miami’s Cuban Theater Digital Archive at Akuara’s black box in the Bird Road Art District, Sarraín’s version pulls the audience into the dystopian world of poverty and illiteracy. Mar (Yvonne López Arenal) lives with her developmentally challenged stepbrother, Lino (Andy Barbosa). When she brings Hernán (Yoelvis Batista) into their lives, chaos and violence ensue.

Sarraín’s version is not just a Spanish translation. It turns the white trash world of the original into an equally depraved Cuban world. Fango contains nudity and its strong language is peppered with distinctively Cuban expletives and accents. Some of these nuances might escape English-only audience members. Supertitles were not projected at Saturday night’s performance.

Sagging clotheslines were strung up throughout the set, giving the sensation that one could be in any number of Cuba’s impoverished neighborhoods. Mud translates so well to Cuba, elements such as American flags and musical choices like the jazz standard When I Fall in Love seem awkward and oddly placed.

Fango’s talented cast members execute their roles with raw energy and skill as they luxuriate in the play’s metaphors of mud and filth. Mar hopes that by taking literacy classes at the local community college she will eventually “die clean” in a hospital wrapped in crisp white sheets. She curses Lino for his dirty ways and predicts he will die rotten and putrefied.

Andy Barbosa casts an indelible image as Lino. Suffering from an undiagnosed venereal disease, he clutches his crotch and lets out terrible screams somewhere between agony and lust. Mar and Lino are locked into a dynamic of antagonism and desire. Arenal and Barbosa have mastered a repertoire of guttural grunts and carnal body language to project the characters’ incestuous co-dependence.

From one scene to the next, Mar’s hyper-masculine love interest, Hernán, is dramatically belittled and emasculated — a transition that Batista handles adeptly.

It’s an interesting time to revive Mud. The current economic recession has sensitized the public to the ramifications of poverty; however, Sarraín sometimes directs Fango with a heavy hand toward the play’s amorality and nihilism. While violence may be the inevitable outcome of abject poverty, Fango’s more climactic moments carry less of a punch because the characters’ cruelty eclipses their vulnerability almost from the outset.
Read more here: http://www.miamiherald.com/2013/09/03/3603376/the-dystopian-world-of-fango-is.html#storylink=cpy