Gaviotas habaneras, estreno de Akuara en el Día Internacional del Teatro
Elvira de las Casas.
El grupo de teatro Akuara, en su sede del distrito de arte de Bird Road, celebró el Día Internacional del Teatro con la puesta en escena, por primera vez en Miami, de Gaviotas habaneras, una obra escrita, dirigida y protagonizada por Yvonne López Arenal junto a Carlos Alberto Pérez.
Gaviotas presenta la historia de Ignacio, un actor cubano recién llegado a Miami que trabaja de camarero mientras ensaya una obra de teatro con la que sueña conquistar el éxito. De manera inesperada, Ignacio se reencuentra con María de la Caridad, a quien al principio no reconoce de la época en que ambos vivían en La Habana, pero que acaba siendo determinante para su futuro profesional y sentimental.
Yvonne retomó esta obra después de haberla estrenado en Los Angeles en el año 2002, y ajustó algunas partes para actualizarla, además de agilizar la trama con la inclusión de dos personajes que no estaban en el texto original. Se trata de Eleggua, el orisha del panteón yoruba que está representado por dos gemelos y que Miriam Bermúdez y Christian Ocón interpretan con gran acierto, dotando a sus personajes de la picardía y el carácter juguetón que se les atribuye en la religión afrocubana.
Yvonne, como todos los artistas auténticos, es osada y no le teme a los retos. Por eso no tuvo reparos en interpretar a un personaje que obviamente estaba pensado para una actriz diez años más joven, y salió airosa de esta prueba, pues su actuación es tan profesional que el espectador llega a verla en escena como la sensual María de la Caridad, que aunque ha triunfado como empresaria, no renuncia a su sueño de volver a los escenarios.
En cuanto a Carlos Alberto, se metió tanto en su personaje de Ignacio, que logró que el público se olvidara por completo de sus personajes anteriores, el Paradigma de El banquete infinito y el Sebastián de Traficantes de pasión. Por momentos ambos personajes se parecían demasiado entre sí, tal vez por el corto tiempo que transcurrió entre el montaje de las dos obras. Pero Ignacio es, quizás, uno de los personajes más frescos y coherentes que ha interpretado el talentoso actor cubano en los últimos tiempos, por cuanto le ha permitido mostrar sus dotes para el teatro musical, tanto cuando usa su voz, potente y afinada, para cantar, como cuando baila, demostrando que puede hacerlo dignamente, sin que llegue a ser un posible concursante de Dancing with the Stars.
Mención aparte merecen Miriam Bermúdez y Christian Ocón, interpretando a un productor de televisión español y a una disparatada conductora de un programa de farándula, quienes logran arrancar carcajadas del público por su manera de hablar y sus diálogos, un verdadero monumento al absurdo.
La puesta resultó, en términos generales, todo un éxito. El espectáculo es visualmente muy atractivo y la música espectacular, pues incluye desde temas afrocubanos hasta la canción It Had to be You, que ha sido utilizada en varias películas de Hollywood e interpretada por destacadas figuras, desde Priscilla Lane en The Roaring Twenties, en 1939, hasta Diane Keaton, en la película Annie Hall, de 1977.
Hay instantes en los que, sin embargo, las escenas parecen estancarse, con un ritmo demasiado lento, como cuando se proyectan en la pared imágenes de La Habana. A mí me pareció que la proyección se extendió demasiado tiempo sin una justificación dramática, diluyendo un poco el impacto emocional que provocan esas imágenes nostálgicas en el espectador; tal vez ese tiempo podría reducirse a la mitad, para que el efecto sea más contundente. Pero este y otros detalles seguramente se irán puliendo con el tiempo. No se debe olvidar que Yvonne actúa y dirige a la vez, algo que resulta difícil hasta para los directores más experimentados, pero a ella le sobra talento para innovar y triunfar con cada proyecto que se propone. Lo ha demostrado en este primer año de existencia de Akuara, una sala teatral convertida ya en un importante punto de referencia cultural de nuestra ciudad.